Tequila: La Leyenda

31 de July 2015
 
Cuenta la leyenda que un grupo de nativos asentados en las faldas de Tequila, cierta tarde se refugiaron en una de las cuevas del cerro debido a una tormenta. Y desde ahí vieron cómo un rayo partía en dos a un maguey azul, y cómo, durante horas, el fuego quemaba la piña del agave para, una vez concluido el aguacero, descubrir un sabroso aroma que se desprendía del incendio. Dicen que uno de ellos se acercó al maguey, bebió su aguamiel y le pareció dulce. Se lo dió a probar a sus compañeros y decidieron llevarse el líquido a sus respectivas chozas, pero a uno se le olvidó cargar su parte.

Después de unos días, regresó y volvió a probar el líquido de aquel agave que, para su sorpresa, no sólo cambió de sabor, sino que, al beberlo, hizo que sintiera una transformación placentera que lo desinhibió y le dió alegría a su cuerpo, por lo que creyó que dicha bebida se trataba de un regalo de los dioses o de la diosa Mayahuel, la diosa de la embriaguez; quien solía transformarse en maguey. De la fermentación del corazón del maguey se obtenía una bebida sagrada que sólo podía ser degustada en ocasiones especiales por los tlatoanis o gobernantes, sacerdotes o los ancianos. 

 

A partir de tal descubrimiento, el imaginario popular señala que el tequila es el más famoso consumido durante fiestas y rituales del México precortesiano. Lo cierto es que no hay evidencia de procesos de destilación del agave antes del arribo de los españoles.

Son pues, los conquistadores quienes descubren que, a partir del aguamiel de ciertos agaves, se puede producir -mediante sistemas de destilación- una diversidad de mezcales, incluido el tequila. Así, en 1600 se funda la primera fábrica de tequila.

 

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